miércoles, 25 de noviembre de 2009

AMARTE DUELE (Análisis de película)


Fernando Sariñana

Altavista Films y Videocine


Aunque no es una película que trate exclusivamente sobre la Economía Informal, el trabajo que desempeña la familia de Ulises pertenece a este rubro y la posición socioeconómica en la que se coloca a estos personajes sí es un argumento central del drama.

Amarte Duele trata sobre el romance que surge entre dos jóvenes de muy diferentes clases sociales en la Ciudad de México.

Renata es una joven, hija de familia, que ha crecido en un ambiente de comodidad y abundancia. Ha asistido a colegios de “niñas ricas” y su círculo social lo conforman personas con preocupaciones económicas nulas.

Ulises es un muchacho que pasa la mayor parte de su tiempo en el puesto de ropa de su familia en un tianguis ayudando a su papá con las labores propias del negocio.

A ellos se les presenta como una familia de escasos recursos pero trabajadora. Que son conscientes de su posición en la sociedad y están resignados a permanecer en ella porque “así es como tienen que ser las cosas”. En esta película la figura del vendedor informal se estima por el papel que desempeña Ulises: buen muchacho, pobre pero trabajador, que ahorra para salir adelante y no por las implicaciones éticas o morales de su trabajo.

En realidad, es así como en la mayoría de los casos se pinta el problema de la informalidad. A través de los vendedores y no desde el punto de vista de las empresas evasoras de impuestos.

Por eso, es tan difícil y delicado calificar esta actividad porque, en sentido estricto, los vendedores no están haciendo otra cosa sino trabajar, comúnmente para mantener a su familia y procurarse ciertas comodidades –cosa que no tiene nada de malo-.

En estos casos, la informalidad es un mal necesario.


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